23 días atrás
—Y aqui estamos...
-La joven Kamado cerró la puerta tras ella al regresar a su Domicilio. Dejo al niño en en el suelo mientras se quitaba el abrigo y se ajustaba el nudo que sujetaba su cabello.-
-Mientras tanto, el chico con la curiosidad propia de un pequeño de 6 años, empezó a caminar por la sala de estar, explorando su nuevo entorno, Nezuko no le quitaba los ojos de encima, preparada por si tocaba algo que no deberia. Aunque realmente no tenia nada que pudiera romperse fácilmente a su alcance-
—Hace tiempo que no hago de niñera..., tendré que desempolvar algunos juegos para niños que tengo por ahi-
-Musitó para si misma-
-La joven Kamado cerró la puerta tras ella al regresar a su Domicilio. Dejo al niño en en el suelo mientras se quitaba el abrigo y se ajustaba el nudo que sujetaba su cabello.-
-Mientras tanto, el chico con la curiosidad propia de un pequeño de 6 años, empezó a caminar por la sala de estar, explorando su nuevo entorno, Nezuko no le quitaba los ojos de encima, preparada por si tocaba algo que no deberia. Aunque realmente no tenia nada que pudiera romperse fácilmente a su alcance-
—Hace tiempo que no hago de niñera..., tendré que desempolvar algunos juegos para niños que tengo por ahi-
-Musitó para si misma-
23 días atrás
-Enfundada en su kimono Rosa de toda la vida, iba bien abrigada mientras andaba por el bosque de camino a su domicilio en las afueras. Ese año el invierno estaba llegando con un poco más de fuerza de lo habitual, el aire frío le pesaba en los pulmones; pero llevaba buen ritmo...,y esta vez no iba sola.-
—...ya casi llegamos. No te preocupes
-En su espalda llevaba a un niño pequeño. Era de las personas más queridas en el pueblo, y gozaba de la valia suficiente para que de vez en cuando algunos padres le confiaran a sus hijos por un día o dos cuando tenían que viajar... Tal fue el caso del pequeño, Roku. Acordaron que irían por el al día siguiente-
—...ya casi llegamos. No te preocupes
-En su espalda llevaba a un niño pequeño. Era de las personas más queridas en el pueblo, y gozaba de la valia suficiente para que de vez en cuando algunos padres le confiaran a sus hijos por un día o dos cuando tenían que viajar... Tal fue el caso del pequeño, Roku. Acordaron que irían por el al día siguiente-